
La ocasión lo merecía y aún suponiendo un esfuerzo algo desmesurado, no podía faltar a Modorra y también así podría disfrutar de una ciudad tan bonita como Bilbao.
Con libreta y bolígrafo en mano y con mucha ilusión me presenté en C/Capuchinos de Basurto esperando un verdadero espectáculo de colores. La primera en hacerse presente en la pasarela fue Aida Ulibarri, transformando chaquetas en vestidos o pantalones para mujer. Después Maitane Galarraga con vestidos voluminosos, Jaime Mesa en tonos nude y para cerrar la mañana las propuestas retro de Mónica Manderlay que nos trasladó a los años 40 y 50.

Un ligero descanso que me daba pie a probar los tan famosos pintxos de Bilbao, y que mejor lugar que el Bar Iruña, un bar con historia pues lleva en marcha desde 1905, aunque según me informaron estaba remodelado. El ambiente allí era muy bueno y entre cerveza y pintxo entablé conversación con personas expertas en moda underground.
A las siete y con el café recién tomado me dispuse a observar las propuestas transgresoras de los diseñadores de la tarde. En primer lugar Fehr Farés no ofreció una colección masculina centrada en el gris y negro y jugando con materiales de diversa índole. Seguidamente nos quedamos algo sobrecogidos con Amai Rodriguez y su colección inspirada en el Museo de Sir John Soane de Londres, surrealista e inquietante. Karlota Laspalas mostró sobriedad y androginia y finalmente Sinpatrón cerro esta sexta edición de Modorra Trans.

La noche no se hacía esperar y aún con varias propuestas en la cartera, me decanté por mi lado más underground y me dejé llevar por la corriente retro.
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